¿Cómo lo ven los expertos?
El avance del gran latifundio, con un aumento de 950.000 cabezas de ganado en los últimos cinco años, lo que representa a su vez 500.000 hectáreas de selva tumbadas.
La agroindustria, “un proceso de acaparamiento y colonización que busca insertar tierras en el mercado inmobiliario”, advierte.
Campesinos e indígenas en alerta
Habla un líder campesino de la región de La Macarena
Carlos Rodríguez es un líder social y campesino de los llanos del Yarí, una subregión que conecta a los departamentos de Caquetá y Meta a partir de uno de los grandes tesoros turísticos y ambientales del país: la Serranía de la Macarena, conocida mundialmente porque por sus montañas donde corre el río de los siete colores. Llegó a esta región desplazado por la violencia de los años 1950. Venía de Tolima, un departamento del centro del país donde nació la guerrilla de las FARC en 1964.
“Lo que está pasando es que los suelos de esta tierra están en los ojos del mundo. Su riqueza ambiental y minera ha desatado la codicia de grandes empresas y naciones y por eso nos quieren sacar, pero la conservación tiene que pasar por nosotros, que somos los dueños del territorio. Se pueden gastar toda la plata del mundo en planes militares y no podrán proteger estas selvas y ríos, porque quienes vivimos aquí somos los campesinos, los indígenas y los negros. Necesitan de nosotros para salvar este pulmón ambiental”, concluye Carlos
¿Qué piensa una dirigente indígena de Caquetá?
De “Sputnik“