As primeiras medidas de Luis Arce como presidente de Bolivia

Luis Arce asumirá la Presidencia de Bolivia en medio de una crisis económica inédita, producida por la pandemia de COVID-19. Con el desafío de reactivar el consumo, se prepara para inyectar dinero en el sector de la población más afectado por la falta de empleo.

El pago de un bono de 1.000 bolivianos (144 dólares), para la población sin ingresos, la creación de un impuesto para el 0,01% de los millonarios de Bolivia, una reforma tributaria, la reanudación de relaciones diplomáticas con Venezuela y Cuba. Estas serán algunas de las primeras medidas que tomará el presidente electo, Luis Arce, cuando se siente en su despacho en la Casa Grande del Pueblo.

El gran desafío de Bolivia está en reactivar su economía, detenida por la prevalencia de la pandemia de COVID-19, que se ensañó con la población entre marzo y septiembre, sobre todo.

Actualmente, el país goza del desconfinamiento luego de seis meses en los cuales murieron 8.000 personas y 150.000 se contagiaron, según datos oficiales. Aunque estos números no serían precisos, ya que mucha gente se enfermó y se sanó (o murió) en sus hogares, sin que hubiera registro de ello en hospitales ni morgues ni cementerios, todos colapsados.

Según un estudio de la Fundación Milenio, publicado a principios de octubre, en Bolivia hubo hasta 1,2 millones de contagios de COVID-19, lo cual implicaría al 10% del total de la población.

«El problema ahora es reactivar la economía. Para eso necesitas generar liquidez, o sea lanzar plata por donde puedas, en formas convencionales o no convencionales. Por eso, creo que con cierto apuro Arce va a lanzar el bono contra el hambre de Bs. 1.000», dijo a Sputnik el economista cochabambino Héctor Luis Rojas.

Consideró que con este bono «además de satisfacer a la gente, va a circular la economía nacional y ese será un factor para el incremento de la demanda».

Para pagar el bono contra el hambre, la Asamblea Legislativa Plurinacional aprobó un préstamo de 704 millones de dólares otorgado por el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

«Se debe entender que el sentido fundamental de esa plata es que entre a la circulación nacional, a la dinámica económica, porque producirá un efecto multiplicador. Eso logra dinamizar la economía. De ahí ya no hay que pararle, se deberá mantener el movimiento con medidas más estructurales», afirmó Rojas, quien cuenta con un diplomado en Ciencias Sociales con mención en Desarrollo Regional, realizado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

Las primeras decisiones presidenciales

En las entrevistas que dio luego de ganar en las elecciones del 18 de octubre con el 55,1%, el presidente electo mencionó algunos atisbos de cuáles serán sus primeras medidas al asumir su mandato, este 8 de noviembre.

Arce tiene a su favor la enorme experiencia que acumuló como ministro de Economía de Evo Morales durante sus tres gobiernos (2006-2019). Solamente abandonó su cargo entre 2017 y 2018, porque tuvo que tratarse un tumor aparecido en un riñón. Pero para 2019 ya estaba recuperado y de nuevo en funciones.

Con él a cargo de la Economía, Bolivia creció a un ritmo del 4,9% anual. Por ello durante la campaña presidencial pasada, en sus discursos se presentaba como garantía de estabilidad para el país. Aunque advirtió que podría devaluar el peso boliviano, el cual desde hace 10 años cotiza igual: un dólar equivale a 6,92 bolivianos. Así esperaría mejorar la competitividad en el comercio exterior.

«Las primeras medidas económicas que vamos a aplicar para salir de esta crisis será el bono contra el hambre de Bs. 1.000 (unos 150 dólares, aproximadamente). Luego vamos a impulsar y enviar a la Asamblea tres proyectos de ley, que tienen que ver con la reducción del Impuesto al Valor Agregado (IVA) para pagos con tarjetas de crédito del 13% al 8%. Vamos a impulsar la devolución del IVA para las personas de bajos ingresos», dijo en una entrevista con la Red Gigavisión.

Sobre el impuesto a los más ricos del país, comentó que podría aplicarse a partir de quienes posean más de cinco o 10 millones de dólares. Afirmó que esos detalles están aún por definir. «El porcentaje es algo que irá en ascenso, la alícuota inicial recién se calculará. Lo que pasa es que no tenemos el acceso a la información como para tener un cálculo más preciso. Lo vamos a hacer inmediatamente entremos al Gobierno. Son datos que están en el Ministerio de Economía», sostuvo el presidente electo.

Cuando asumió la Presidencia la hasta entonces senadora Jeanine Áñez, luego del golpe de Estado del 10 de noviembre de 2019, procedió a expulsar del país a más de 300 médicos cubanos que realizaban tareas humanitarias en el territorio boliviano. El argumento del Ejecutivo interino era que realizaban espionaje para el Gobierno de la isla.
En cuanto al vínculo con Venezuela, Áñez decidió reconocer como presidente legítimo a Juan Guaidó, antes que Nicolás Maduro. De hecho, la Cancillería afirmó que para la asunción de Arce se invitaría solamente al mandatario apañado por el Gobierno de Estados Unidos.

«No estamos de acuerdo, ni lo que han hecho con Cuba, ni lo que están haciendo con Venezuela, ni con ningún país», dijo Arce en una entrevista con Sputnik, refiriéndose a la política exterior de Áñez.

La caída del precio del petróleo

Durante los gobiernos de Evo Morales (2006-2019) Bolivia obtuvo más de 37.484 millones de dólares por concepto de renta petrolera. Pero la caída internacional de los precios del crudo motivada por la pandemia de COVID-19, deja al país sin una de sus principales fuentes de financiamiento.

«Hasta 2014 hemos tenido excelentes precios de petróleo. El único problema es que nosotros no somos Arabia Saudita, como para controlar el precio. Por ello, Arce tendrá que buscar otros niveles de ingreso y diversificar la actividad productiva al interior de Bolivia», comentó el economista Rojas, quien se desempeñó como consultor para varios organismos internacionales y de la cooperación internacional.

En el salar de Uyuni, departamento de Potosí, está el yacimiento de litio más grande del mundo, con aproximadamente 21 millones de toneladas métricas certificadas. Sin embargo, desde hace 10 años que el país no puede empezar a explotar este metal fundamental para la producción de baterías de celulares y de autos eléctricos.

«Se puede impulsar la explotación del litio, pero viene muy lento. Creo que en esta época Arce le tiene que dar más importancia al mercado interno, a la producción campesina, a la producción industrial pequeña y mediana», comentó Rojas.

«Incluso tendría que cerrar un ojo frente a los comerciantes informales, permitirles que se desarrollen lo más que puedan, porque es un vacío inmenso que queda sin los ingresos por la exportación de hidrocarburos», agregó.

La agroindustria, fuertemente concentrada en el oriente boliviano, representa aproximadamente el 15% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Desde cuando era presidente Morales se debate si se legalizan o no los cultivos de Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Aunque desde 2004 es legal en el país sembrar soja transgénica.

«Pienso que durante el Gobierno de Arce se va a apostar por los transgénicos, aunque la soja ya es toda transgénica. Los agroindustriales necesitan mejorar la productividad. Ahí puede ser que haya un empuje que para que se haga una devaluación del peso boliviano, porque no están en buenas condiciones competitivas con Argentina y Brasil», afirmó el economista.

De “La Época