Queridos compañeiros Yolanda e Alberto:
Agardo que esteades ben. Escribo como historiador especialista en historia de América, profesor da Universidade Pablo de Olavide de Sevilla e simpatizante do Partido Comunista e de Esquerda Unida, dende hai máis de 40 anos.
Acabo de regresar del Congreso Nacional de Historia que se ha celebrado en La Guaira, Venezuela. Miles de personas interesadas por la historia, gente del pueblo algunas y algunos, historiadoras e historiadores venezolanos e internacionales otros, han asistido a las intensas y fructíferas sesiones que se desarrollaron entre el miércoles 6 y el viernes 8 de abril, justo la semana pasada.
Hacía 20 años que no tenía ocasión de regresar a Venezuela y he visto una sociedad pujante, que pese a todas las dificultades impuestas por el bloqueo está resuelta a seguir adelante en el camino que libremente ha elegido, y que se encuentra comprometida con el desarrollo del país a través de la educación. Para un historiador es muy difícil poderos trasladar el enorme orgullo y la satisfacción que he tenido al ver congresos abiertos a todas y a todos los ciudadanos, que no se quedaban sólo en el ombliguismo académico exclusivista y excluyente, y que el pueblo los hacía suyos e intervenía y participaba con su propia construcción de la Historia. Una Historia avalada, además, desde la presidencia de la república, presente en el acto de cierre del congreso e impulsora de medidas que van a resultar decisivas en el refuerzo de la ciencia histórica en el conjunto de las ciencias del país.
Ciudadanas y ciudadanos algunos a los que conocía, y otras y otros que he conocido y que me han relatado, al tiempo que comprobaba personalmente, los esfuerzos del gobierno venezolano por defender la cultura y proveer a su pueblo, a los sectores más desfavorecidos, de viviendas dignas construidas con los escasos recursos de los que actualmente dispone el país. Por cierto, con un 97% de materiales de construcción ya generados por el propio país, y con un porcentaje de ese 3% (mientras España sigue con su estricto bloqueo), compuesto por materiales italianos (suelo porcelánico), como pude observar en la reconstruida Casa de la Compañía Guipuzcoana de La Guaira.
Yolanda, Alberto: Desde España seguimos participando en un ignominioso bloqueo del que somos corresponsables y partícipes, y que afecta, en primer lugar, a la población venezolana más pobre. El entreguismo, el conformismo con las decisiones de Estados Unidos y la falta de una voz propia en nuestras relaciones internacionales nos hacen siempre un país irrelevante y prescindible en el concierto internacional. Un seguidismo inveterado que ocultamos ahora bajo las decisiones tomadas por la Unión Europea, cuando sabemos que hay países que siguen, pese a todo, manteniendo y ejerciendo proactivamente opiniones y políticas particulares en el seno de la UE que contradicen las decisiones generales, pero benefician sus intereses particulares.
Que, además, con una historia compartida, con unos lazos tan profundos, y que no tengamos ni tan siquiera un proyecto, o una perspectiva propios en la construcción de nuestras relaciones con América Latina, es algo que no tiene ni justificación ni excusa. El gobierno bolivariano es un gobierno legítimo, acreditado por los organismos internacionales que han participado en los diferentes procesos electorales y avalado en su elección, por nuestro expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que creo (y lo ha demostrado con la reforma del artículo 135 de la constitución), está libre de cualquier sospecha de ser un radical izquierdista.
Un gobierno, el bolivariano, que siempre se ha abierto al diálogo con la oposición, que lo ha intensificado en los últimos meses, y que incluso ha iniciado conversaciones con Estados Unidos en las últimas semanas. En el país, se ha observado una considerable recuperación de la tasa de inversión extranjera, particularmente de venezolanos que viven en el extranjero, que ya perciben la recuperación económica, y que manifiestan su confianza con el futuro del país. De igual forma, se percibe esta percepción de la recuperación y del consenso político en venezolanos que desde distintos países latinoamericanos están regresando gracias a los planes de repatriación del gobierno bolivariano ¿También en esto debemos quedarnos atrás y esperar las decisiones que tomen los Estados Unidos sabiendo que entablarán unas negociaciones que sólo las considerarán válidas si les benefician económicamente? ¿Ni siquiera desde el partido comunista o desde izquierda unida podemos avalar iniciativas nacionales o europeas que recuperen los vínculos con Venezuela y que restablezcan plenamente las relaciones diplomáticas y económicas?
Sé que sois perfectamente conscientes de ello, pero quiero aprovechar este correo para recordar que el poder no es un fin, sino un medio para alcanzar objetivos definidos ideológicamente, y que las decisiones ideológicas no entienden de razones ni tecnocráticas ni posibilistas y que, más en nuestro caso, las decisiones deben estar comprometidas y respaldadas con nuestra ideología. Debemos ser explícitamente solidarios y manifestar siempre nuestro apoyo las relaciones de España con los gobiernos latinoamericanos legítimos ¿No es paradójico haber mantenido plenas relaciones con Uribe Vélez pese a las demostraciones palmarias de sus vínculos con el paramilitarismo, y, al tiempo, haber roto relaciones con un gobierno elegido democráticamente y reconocer a un político autoproclamado en una plaza pública?
Ojalá adoptéis una iniciativa de recuperación de las relaciones con Venezuela que al menos, en alguna medida, enmiende el catastrófico reconocimiento a la hegemonía marroquí en el territorio saharaui. Quienes votamos y votaremos por el partido comunista, lo seguiremos haciendo por el partido, por su historia, por necesidad y por nuestro compromiso, no por sus representantes. Pero ojalá que sintamos que además del partido, elegimos a unos representantes con los que nos sentimos ideológicamente, combativamente y comprometidamente, perfectamente identificados.
Os envío un enlace a la entrevista que me realizó el actual ministro de cultura de Venezuela en un programa de televisión del país con ocasión de mi estancia en el Congreso Nacional de Historia.
Un abrazo y quedo a vuestra disposición para lo que os pueda colaborar.
Justo Cuño Bonito
De “ultimasnoticias”