En su intervención ante la prensa ayer en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador precisó el sentido de sus declaraciones sobre la relación con España. Insistió en su crítica por la forma en que se han conducido las empresas del país europeo en México. Al respecto, señaló:
“El comentario que hice sobre la relación con España, aprovecho para aclararlo, nosotros somos muy respetuosos del gobierno español, tenemos relaciones íntimas con el pueblo de España, pero en los últimos tiempos durante el periodo neoliberal empresas españolas, apoyadas por el poder político tanto de España como de México, abusaron de nuestro país y de nuestro pueblo, nos vieron como tierra de conquista, eso fue lo que dije ayer, al grado que en cada sexenio había una empresa favorita de España, Iberdrola fue tratada con privilegios que nos afectaron.
Cuando vino el presidente del consejo de esta empresa y hablamos, él, pues no entendiendo de que ya son otros tiempos, me insistía y me insistía y me insistía de que todo lo que hacían era legal. Pues sí, porque llevaron a la práctica una política caracterizada por el influyentismo al grado de que la Secretaría de Energía o, mejor dicho, la Secretaría de Energía pasó a ser directiva de esta empresa y el presidente Felipe Calderón –el que desapareció Luz y Fuerza del Centro y despidió a más de 40 mil trabajadores– terminó su mandato y fue a trabajar a Iberdrola, al consejo de administración, y desde luego pues esto significó que Iberdrola se convirtiera en una especie de monopolio en México y recibir un trato privilegiado”.
Entonces, nos han ofendido a los mexicanos, porque no sólo es el que trabajen los altos funcionarios con estas empresas, sino lo que nos cuesta este tipo de relación. Estamos hablando de subsidios, dinero del presupuesto, que es de todos los mexicanos, que en vez de usarse para sacar de la pobreza al pueblo se usaba para favorecer a estas empresas.
Ayer hablábamos también de Repsol. Sólo el análisis de cuánto se llevaron los de Repsol de México en el gobierno de Calderón, sólo de cuánto dinero del presupuesto público obtuvieron y se llevaron de México ayudaría a comprender que fue un abuso. O de OHL, que era la empresa favorita en el sexenio pasado, también española. Todo el influyentismo en el manejo del turismo, hasta lo más alto del poder, de España y de México.
Lo que dije ayer es: Vamos, por el bien de nuestros pueblos, a tener una pausa. No hablé de ruptura. No. Dije: Vamos a serenar la relación, que ya no se esté pensando de que se va a saquear a México impunemente, ya eso pasó. Es una falta de respeto, deberían de ofrecer hasta disculpas; no lo han hecho, no importa, pero vamos a entrar a una etapa nueva, despacio.
Y repito, no es ruptura, es nada más decir: ha pasado esto y el pueblo de México debe saberlo y el pueblo de España, porque no es fobia o xenofobia, es que tenemos que respetarnos; y lo mismo en el manejo político.
Nada más recuerdo que ahora se rasgan las vestiduras por lo que dije y el que era el presidente del consejo de Bancomer, que pertenece ahora a empresarios españoles, que era presidente en la campaña pasada, se pronunció en contra mía diciendo que yo era un populista, el presidente del principal banco español en México, incluso el principal banco extranjero que actúa en México. Pues ¿cómo se sentían? Los dueños del país.
Ahora se sorprenden. Pues no hay ninguna ruptura, sí hace falta aclararlo.
Además, decir: Vámonos despacio, porque a veces tarda en que se entienda de que ya son otras condiciones. Como llevó bastante tiempo el saqueo, todo lo que fue el periodo neoliberal, 36 años, pues no alcanzan a internalizar de que esto ya es distinto; entonces hay que estarles avisando, y esto nos pasa con frecuencia, tenemos que estarles diciendo: Ya no es el tiempo en que venían y no hacían ningún trámite, se les ponían los funcionarios públicos de tapete, ya no es así, ya no se acepta la corrupción (…)
Ahora con esto de España estos internacionalistas mexicanos se sintieron ofendidos porque planteé lo de la pausa. Dicen: ‘Eso no existe en el lenguaje de la política exterior’. Pues sí, pero ¿cómo se entendió? Muy bien y, si no, ya lo estoy explicando, no es ruptura de relaciones y no es contra el pueblo español, es nada más una protesta respetuosa, fraterna por los abusos y agravios cometidos en contra del pueblo de México y de nuestro país”
De “jornada.com“